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Raquitismo

Es un trastorno causado por una falta de vitamina D, calcio o fósforo. Este trastorno lleva a que se presente reblandecimiento y debilitamiento de los huesos.

Causas

La vitamina D ayuda al cuerpo a controlar apropiadamente los niveles de calcio y fosfato. Si los niveles sanguíneos de estos minerales se tornan demasiado bajos, el cuerpo puede producir hormonas que estimulen la liberación de calcio y fósforo de los huesos. Esto lleva a que se presenten huesos débiles y blandos.

La vitamina D se absorbe de los alimentos o puede ser producida por la piel al exponerla a la luz solar. La falta de producción de vitamina D por parte de la piel puede ocurrir en personas que:

  • Viven en climas con poca exposición a la luz del sol
  • Tienen que permanecer en espacios cerrados
  • Trabajan en lugares cerrados durante las horas de luz

Es posible que uno no obtenga suficiente vitamina D de la dieta si:

  • Presenta intolerancia a la lactosa (tiene problemas para digerir productos lácteos)
  • NO toma productos lácteos
  • Sigue una dieta vegetariana

Los bebés alimentados exclusivamente con leche materna también pueden desarrollar deficiencia de vitamina D. Esta leche no suministra la cantidad apropiada de dicha vitamina. Esto puede ser un problema particular para los niños de piel más oscura en los meses de invierno. Esto debido a que los niveles de luz solar son más bajos.

La ingesta insuficiente de calcio y fósforo en la dieta puede también llevar a que se presente raquitismo. Este como causa de una carencia de estos minerales en la dieta es poco frecuente en los países desarrollados. El calcio y el fósforo se encuentran en la leche y en los vegetales de hoja verde.

Sus genes pueden incrementar el riesgo de padecer raquitismo. El raquitismo hereditario es una forma de la enfermedad que se transmite de padres a hijos. Ocurre cuando los riñones son incapaces de retener el mineral de fosfato. El raquitismo puede ser causado también por trastornos renales que involucran acidosis tubular renal.

Los trastornos que reducen la digestión o absorción de las grasas harán más difícil la absorción de la vitamina D en el organismo.

Ocasionalmente, el raquitismo puede presentarse en niños que tienen trastornos hepáticos. Estos niños no pueden convertir la vitamina D a su forma activa.

El raquitismo es muy poco frecuente en los Estados Unidos. Es más frecuente en niños durante períodos de crecimiento rápido. A esta edad el cuerpo demanda niveles altos de calcio y fosfato. El raquitismo también se puede observar en niños de 6 a 24 meses de edad. No es común en recién nacidos.

Síntomas

Los síntomas de raquitismo incluyen:

Pruebas y exámenes

Un examen físico revela sensibilidad o dolor en los huesos, no así de las articulaciones o los músculos.

Los siguientes exámenes pueden ayudar a diagnosticar el raquitismo:

Otros exámenes y procedimientos comprenden los siguientes:

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son aliviar los síntomas y corregir la causa de esta afección. Se debe tratar la causa subyacente para prevenir su reaparición.

La reposición del calcio, el fósforo o la vitamina D eliminará la mayoría de los síntomas del raquitismo. Las fuentes dietéticas de vitamina D incluyen: pescado, hígado y leche procesada.

Se recomienda la exposición a cantidades moderadas de luz solar. Si el raquitismo es causado por un problema metabólico, se puede requerir una prescripción de suplementos de vitamina D.

Se pueden usar la buena postura y los dispositivos ortopédicos para reducir o prevenir deformidades. Algunas deformidades esqueléticas pueden requerir corrección quirúrgica.

Expectativas (pronóstico)

El trastorno puede corregirse con la reposición de los minerales y la vitamina D. Los valores de laboratorio y de rayos X mejoran generalmente después de casi una semana de tratamiento. Aunque algunos casos pueden requerir grandes dosis de minerales y de vitamina D.

Si no se corrige el raquitismo mientras el niño aún está creciendo, las deformidades esqueléticas y la baja estatura pueden ser permanentes. Si se corrige mientras el niño es pequeño, las deformidades esqueléticas a menudo mejoran o desaparecen con el tiempo.

Posibles complicaciones

Las posibles complicaciones son:

  • Dolor de huesos por un tiempo prolongado (crónico)
  • Deformidades esqueléticas
  • Fracturas óseas que pueden ocurrir sin causa

Cuándo contactar a un profesional medico

Póngase en contacto con el proveedor de atención médica de su hijo si nota síntomas de raquitismo.

Prevención

Usted puede prevenir el raquitismo asegurándose de que su hijo obtenga suficiente calcio, fósforo y vitamina D en su dieta. Los niños con trastornos gastrointestinales u otros trastornos pueden necesitar suplementos recetados por el proveedor del niño.

Las enfermedades renales que pueden causar mala absorción de la vitamina D deben tratarse de inmediato.  Si tiene trastornos renales debe monitorear regularmente sus niveles de calcio y fósforo.

La asesoría genética puede ayudar a las personas con antecedentes familiares de trastornos hereditarios que puedan causar raquitismo.

Nombres alternativos

Osteomalacia en niños; Deficiencia de vitamina D; Raquitismo renal; Raquitismo hepático

Imágenes

Referencias

Bhan A, Rao AD, Bhadada SK, Rao SD. Rickets and osteomalacia. In Melmed S, Auchus RJ, Goldfine AB, Koenig RJ, Rosen CJ, eds. Williams Textbook of Endocrinology. 14th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 31.

Demay MB, Krane SM. Disorders of mineralization. In: Jameson JL, De Groot LJ, de Kretser DM, et al, eds. Endocrinology: Adult and Pediatric. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2016:chap 71.

Greenbaum LA. Vitamin D deficiency (rickets) and excess. In: Kliegman RM, St. Geme JW, Blum NJ, Shah SS, Tasker RC, Wilson KM, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 21st ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 64.

Weinstein RS. Osteomalacia and rickets. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman-Cecil Medicine. 26th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 231.

Ultima revisión 7/28/2022

Versión en inglés revisada por: Charles I. Schwartz, MD, FAAP, Clinical Assistant Professor of Pediatrics, Perelman School of Medicine at the University of Pennsylvania, General Pediatrician at PennCare for Kids, Phoenixville, PA. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.

Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

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