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Tosferina

Otros nombres: Tos convulsa, Tos convulsiva, Tos ferina

Introducción

¿Qué es la tos ferina?

La tos ferina, también conocida como pertusis o tos convulsiva, es una infección respiratoria que puede provocar ataques de tos. En casos graves, la tos puede ser violenta y rápida. Puede toser con tanta fuerza que termine vomitando. El nombre de la enfermedad proviene del sonido que puede hacer al intentar inhalar después de toser.

La tos ferina es muy contagiosa y puede afectar a cualquier persona, pero puede ser especialmente grave en los bebés que aún no reciben la vacuna. Cerca de la mitad de los bebés menores de un año que padecen tos ferina necesitan atención en el hospital.

¿Qué causa la tos ferina?

La tos ferina es causada por un tipo de bacteria llamada Bordetella pertussis. Se transmite de persona a persona. En general, las personas que tienen tos ferina la transmiten al toser, estornudar o respirar muy cerca de alguien. A veces, también se puede contagiar al tocar una superficie infectada y luego tocarse la nariz o la boca.

Si contrae tos ferina, puede transmitirla durante unas 2 semanas después de comenzar a toser. Los antibióticos pueden acortar el tiempo de contagio.

¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?

En general, los síntomas de la tos ferina comienzan dentro de los 5 a 10 días posteriores a la exposición. Sin embargo, a veces es posible que no presente síntomas hasta 3 semanas después.

La tos ferina generalmente comienza con síntomas similares a los de un resfriado. Pueden durar de 1 a 2 semanas y pueden incluir:

  • Goteo nasal
  • Fiebre leve
  • Tos leve y ocasional

Los primeros síntomas en los bebés pueden ser diferentes. Es posible que tosa solo un poco o que no tosa en absoluto. Los bebés pueden tener apnea, es decir, hay una pausa en su respiración. Pueden comenzar a ponerse azules. Si esto sucede, busque atención médica de inmediato para su bebé.

A medida que la tos ferina empeora, los síntomas pueden incluir:

  • Ataques de mucha tos rápida seguidos de un sonido similar a un "grito" agudo
  • Vómitos durante o después de ataques de tos
  • Agotamiento después de ataques de tos

Los ataques de tos empeoran y comienzan a ocurrir con más frecuencia, especialmente por la noche. Puede tenerlos hasta por 10 semanas o más.

La recuperación puede avanzar lentamente. Su tos se vuelve más leve y ocurre con menos frecuencia. Los ataques de tos pueden reaparecer si tiene otra infección respiratoria, incluso meses después de haber tenido tos ferina por primera vez.

¿Cómo se diagnostica la tos ferina?

Su profesional de la salud puede diagnosticar la tos ferina con:

  • Su historia clínica, que incluye preguntas sobre sus síntomas
  • Un examen físico
  • Una prueba de laboratorio que consiste en tomar una muestra de moco de la parte posterior de la garganta a través de la nariz. Esto se puede hacer con un hisopo o una jeringa llena de solución salina. La muestra se analiza para detectar la bacteria que causa la tos ferina
  • Prueba de sangre
  • Radiografía de pecho

¿Cuáles son los tratamientos para la tos ferina?

La tos ferina se suele tratar con antibióticos. El tratamiento temprano es muy importante. Puede hacer que su infección sea menos grave y también puede ayudar a prevenir la transmisión de la enfermedad a otras personas.

Es posible que, después de haber estado enfermo durante 3 semanas o más, el tratamiento no ayude. Para entonces, las bacterias han desaparecido de su cuerpo, aunque por lo general todavía tiene síntomas. Esto se debe a que las bacterias ya han hecho daño a su cuerpo.

En ocasiones, la tos ferina puede ser muy grave y requerir tratamiento en el hospital.

¿Se puede prevenir la tos ferina?

Vacunarse es la mejor manera de prevenir la tos ferina. Hay dos vacunas en los Estados Unidos que pueden ayudar a prevenirla: DTaP y Tdap. Estas vacunas también brindan protección contra el tétanos y la difteria.

Los bebés y otras personas con alto riesgo de enfermedades graves deben mantenerse alejados de las personas que tienen tos ferina.

A veces, los profesionales de la salud administran antibióticos a familiares de personas que han tenido tos ferina o personas que han estado expuestas a ella. Los antibióticos pueden evitar que contraigan la enfermedad.

También puede ayudar a prevenir la propagación de la tos ferina (y otras enfermedades respiratorias) al:

  • Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón. Puede usar un desinfectante para manos a base de alcohol si no hay agua y jabón
  • Evitar tocarse la cara con las manos sin lavar
  • Limpiar y desinfectar las superficies que toca con frecuencia, incluyendo juguetes
  • Cubrirse la tos y los estornudos con un pañuelo de papel o la manga superior de la camisa, no con las manos
  • Quedarse en casa cuando está enfermo
  • Evitar el contacto cercano con personas enfermas

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